Como se ha visto en una entrada anterior de la presente bitácora, el lenguaje estructurado de consultas está basado en el cálculo relacional de tuplas. Como resultado, toda consulta formulada utilizando el cálculo relacional de tuplas (o su equivalente, el álgebra relacional) se puede formular también utilizando SQL. Existen, sin embargo, capacidades que van más allá del cálculo o del álgebra relacional. El lenguaje SQL consta de unas 30 sentencias que permiten desde la creación de tablas, hasta la recuperación de datos, modificación de éstos, asignación de permisos, etc.
En el contexto en el que se utiliza el lenguaje SQL, una tupla, o registro, representa un objeto único de datos implícitamente estructurados en una tabla. En términos simples, una tabla de una base de datos puede imaginarse formada de filas y columnas o campos. Cada fila de una tabla representa un conjunto de datos relacionados, y todas las filas de la misma tabla tienen la misma estructura.
Así, la tupla es un conjunto de campos que contienen los datos que pertenecen a una misma repetición de entidad. Se le asigna automáticamente un número consecutivo (número de registro) que en ocasiones es usado como índice aunque lo normal y práctico es asignarle a cada registro un campo clave para su búsqueda.