Radiación electromagnética y sueño

  En la actualidad, la mayoría de la gente del mundo está sometida a radiaciones electromagnéticas de mayor o menor potencia.
  Sin embargo, aquellos que se dedican a la informática una mayor cantidad de tiempo que el usuario corriente están más expuestos a sus efectos nocivos, aunque tales efectos no se tipifiquen, en el mundo actual como enfermedades profesionales de este colectivo, como sucede con el síndrome del túnel carpiano.
  Los trastornos relacionados con el sueño constituyen uno de los grupos de efectos negativos de la radiación electromagnética sobre el ser vivo más peligrosos a largo plazo.

RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA

 La radiación electromagnética es un tipo de campo electromagnético variable, es decir, una combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes, que se propagan a través del espacio transportando energía de un lugar a otro.
  La radiación de tipo electromagnético puede manifestarse de diversas maneras como ondas de radio, microondas, radiación infrarroja, luz visible, radiación ultravioleta, rayos X y rayos gamma. A diferencia de otros tipos de onda, como el sonido, que necesitaran un medio material para propagarse, la radiación electromagnética se puede propagar en el vacío. En el siglo XIX se pensaba que existía una sustancia indetectable, llamada éter, que ocupaba el vacío y servía de medio de propagación de las ondas electromagnéticas. El estudio teórico de la radiación electromagnética se denomina electrodinámica y es un subcampo del electromagnetismo.
  Desde la perspectiva  de sus efectos sobre la salud, la radiación electromagnética se puede clasificar en radiación ionizante y radiación no ionizante, en función de si es capaz de ionizar los átomos y la ruptura de enlaces químicos. Las frecuencias ultravioletas y más altas, como rayos X, o rayos gamma son ionizantes, y generan su propia clase de riesgos.
  La radiación no ionizante, es asociada con dos grandes riesgos mayores: eléctricos y biológicos. En términos generales, se ha comprobado que la exposición continua y prolongada a estas radiaciones no ionizantes provocan en algunos individuos con especial sensibilidad efectos en su organismo como dolores de cabeza, nerviosismo, alteraciones del sueño (mayor dificultad para conciliarlo) e incluso mareos, dependiendo de la intensidad y el tiempo a la que se vean sometidos. Estas alteraciones pueden ser más frecuentes en individuos con menor masa corporal.

EFECTOS DE LA RADIACIÓN ELECTROMÁGNÉTICA SOBRE EL SUEÑO

  Ciertos estudios señalan consecuencias negativas en el sueño, porque estas radiaciones parecen afectar a la producción de melatonina, reduciéndola, aunque no existen datos concluyentes al respecto, por lo que conviene especialmente en el dormitorio, minimizar su supuesta acción durante la noche.
  Otros estudios se centran en el análisis espectral de las frecuencias EEG (electroencefalograma). Se trata de valorar como la exposición a ciertos aparatos de la vida cotidiana, especialmente los sistemas de comunicación por móvil (GSM), influyen en la excitabilidad cortical y por ende, sobre la arquitectura del sueño y sobre los procesos de consolidación de la memoria, que, como es bien sabido, se realizan durante el sueño. Así, sugieren que los campos electromagnéticos emitidos por los aparatos emisores de radiación electromagnética influyen en la excitabilidad cortical aunque dentro de la fisiología normal, y aumentan la frecuencia de grafoelementos similares a los encontrados en el sueño normal. Salvo este efecto sobre el sueño NREM, no se han encontrado otros hallazgos como cambios en el  sueño REM. Tampoco se han encontraron alteraciones en la arquitectura, es decir en el desarrollo de las fases y ciclos de sueño o eficiencia del sueño. La exposición a aparatos emisores de radiación electromagnética parece no influir ni en la cantidad ni en la calidad del sueño del individuo estándar. Pero además, tampoco afectó a la capacidad cognitiva del mismo. Sin embargo, actualmente no existen evidencias que hagan pensar en un efecto nocivo, al menos, a corto plazo, excepto si la persona es especialmente sensible a ese tipo de efectos.

PREVENCIÓN

  Lo que se puede hacer para paliar lo máximo posible estos efectos nocivos de la radiación electromagnética es prevenirla del siguiente modo:
  •   Evitar llevar tabletas, teléfonos móviles u otro tipo de aparatos similares a la habitación, y tampoco dejarlos en la mesilla de noche mientras se duerme. Por otra parte, los destellos de las pantallas provocan efectos negativos si se usan en las últimas horas del día o en un lugar poco iluminado.
  •   Prescindir de cualquier aparato eléctrico dentro del dormitorio, tipo televisiones, radio etc.
  •   Es conveniente desconectar los enchufes de alrededor de la cama antes de ir a dormir.
  •   Lo más recomendable sería utilizar equipos de descanso y camas libres de partes metálicas, el metal es un conductor de la electricidad.
  •   El cabecero de la cama en la medida de lo posible, debería estar colocado en una zona libre de cableado.
  •   El dormitorio no es un lugar de trabajo, el ordenador debe estar fuera del dormitorio así como el módem destinado a la conexión a Internet en el hogar.
  •   Evitar colocar aparatos eléctricos en las mesillas de noche.

  Espero que la presente entrada haya sido útil al lector. Si es así, aguardo que este la comente y/o la compartya, por favor.

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