A pesar de la tendencia, desde hace unos años hacia aquí, para que los aparatos informáticos, (tabletas, ordenadores, teléfonos móviles, etc.) que se fabrican tengan una vida limitada a las preferencias de su fabricantes, y no de los usuarios, existen costumbres que estos últimos pueden adquirir si desean alargar la vida de los mencionados útiles informáticos.
Los siguientes consejos son genéricos y aplicables, sobretodo, a ordenadores, pero algunos de ellos también se pueden aplicar a otros aparatos informáticos. Por otra parte, el usuario debe tener en cuenta que los datos aquí mencionados pueden variar según el tipo de aparato informático, su marca y su modelo.
Los siguientes consejos son genéricos y aplicables, sobretodo, a ordenadores, pero algunos de ellos también se pueden aplicar a otros aparatos informáticos. Por otra parte, el usuario debe tener en cuenta que los datos aquí mencionados pueden variar según el tipo de aparato informático, su marca y su modelo.
Primeramente hay que tener en cuenta el lugar donde se encuentra el aparato, que, para que se mantenga en buenas condiciones durante más tiempo, debe tener una temperatura y grado de humedad determinados. La temperatura aconsejable del lugar donde se sitúa un aparato informático oscila entre 15º y 23º C, mientras que la humedad relativa recomendable se encuentra entre el 40% y el 60%. Además, es aconsejable que esté en un lugar donde no le dé directamente la luz solar.
Otro factor relevante es la temperatura interna del aparato, que normalmente debe oscilar entre los 40º y los 60º C cuando se está utilizando normalmente, con picos de hasta 70º C, y entre los 30º y los 40º C si está encendido pero no tiene programas funcionando. Lo ideal es que la mayoría del tiempo esté por debajo de los 60º C. En caso contrario, el aparato se apagará de repente, no encenderá, o irá más lento de lo habitual. No obstante, existen variantes en los rangos de temperatura soportados por distintos dispositivos, por lo que debería ponerlo en sus características, se pueden ver en la BIOS, y existen programas y aplicaciones que pueden informar al usuario sobre esto.
Otro factor con el que se debe tener cuidado es el polvo y otros tipos de suciedad que puedan entrar por las diferentes rendijas de ventilación que tenga el aparato, puesto que favorecen el sobrecalentamiento del equipo de varias maneras. Deben limpiarse los ventiladores de los que disponga el aparato, como mínimo, una vez cada mes si este está alojado en un lugar con una cantidad normal de este tipo de suciedades (si la cantidad es mayor, la frecuencia de limpieza se deberá reducir según el caso); esta limpieza es con aire comprimido (lo hay en botes, que son algo más asequibles que un motor de aire comprimido). Por otra parte, el propio interior debe ser limpiado con aire comprimido cada año, aproximadamente.
También es buena idea tener controlado el uso de la CPU y de la RAM. Para ver esto existen programas que lo muestran, pero los propios sistemas operativos tienen opciones para comprobar el rendimiento de estos. En las distribuciones Linux existe el comando top para este fin, puesto que muestra el uso actualizado de ambos. En los distintos Windows hay que acudir a la pestaña "Rendimiento" del "Administrador de tareas" (se abre pulsando al mismo tiempo las teclas "Control + alt + suprimir". Debe comprobarse que el porcentaje de uso de la CPU no excede el 60%, y que el de la RAM no supere el 80%, si estos valores son superados, deberán tomarse medidas lo antes posible.
Además, se debe realizar una desfragmentación de los discos duros del aparato al menos una vez cada mes, sobretodo si es un equipo con un sistema operativo Windows (su programa de desfragmentación está entre sus herramientas del sistema).
Por último, pero no menos importante, debe realizarse un formateo general del equipo cada año o, en su defecto, un regreso al estado inicial (sobretodo en tabletas y teléfonos móviles), para lo cual, los diversos dispositivos ya tienen modos de hacerlo, pero estos varían según su marca y modelo, por lo que no se explicarán aquí.
Tanto si al usuario le parece tedioso o le incomoda realizar estas prácticas básicas en los plazos adecuados, siempre puede llevar su dispositivo informático a un técnico especializado una vez al año para una puesta a punto de mantenimiento.
Espero que este artículo haya sido de ayuda a aquellos que lo hayan leído.
Otro factor relevante es la temperatura interna del aparato, que normalmente debe oscilar entre los 40º y los 60º C cuando se está utilizando normalmente, con picos de hasta 70º C, y entre los 30º y los 40º C si está encendido pero no tiene programas funcionando. Lo ideal es que la mayoría del tiempo esté por debajo de los 60º C. En caso contrario, el aparato se apagará de repente, no encenderá, o irá más lento de lo habitual. No obstante, existen variantes en los rangos de temperatura soportados por distintos dispositivos, por lo que debería ponerlo en sus características, se pueden ver en la BIOS, y existen programas y aplicaciones que pueden informar al usuario sobre esto.
Otro factor con el que se debe tener cuidado es el polvo y otros tipos de suciedad que puedan entrar por las diferentes rendijas de ventilación que tenga el aparato, puesto que favorecen el sobrecalentamiento del equipo de varias maneras. Deben limpiarse los ventiladores de los que disponga el aparato, como mínimo, una vez cada mes si este está alojado en un lugar con una cantidad normal de este tipo de suciedades (si la cantidad es mayor, la frecuencia de limpieza se deberá reducir según el caso); esta limpieza es con aire comprimido (lo hay en botes, que son algo más asequibles que un motor de aire comprimido). Por otra parte, el propio interior debe ser limpiado con aire comprimido cada año, aproximadamente.
También es buena idea tener controlado el uso de la CPU y de la RAM. Para ver esto existen programas que lo muestran, pero los propios sistemas operativos tienen opciones para comprobar el rendimiento de estos. En las distribuciones Linux existe el comando top para este fin, puesto que muestra el uso actualizado de ambos. En los distintos Windows hay que acudir a la pestaña "Rendimiento" del "Administrador de tareas" (se abre pulsando al mismo tiempo las teclas "Control + alt + suprimir". Debe comprobarse que el porcentaje de uso de la CPU no excede el 60%, y que el de la RAM no supere el 80%, si estos valores son superados, deberán tomarse medidas lo antes posible.
Además, se debe realizar una desfragmentación de los discos duros del aparato al menos una vez cada mes, sobretodo si es un equipo con un sistema operativo Windows (su programa de desfragmentación está entre sus herramientas del sistema).
Por último, pero no menos importante, debe realizarse un formateo general del equipo cada año o, en su defecto, un regreso al estado inicial (sobretodo en tabletas y teléfonos móviles), para lo cual, los diversos dispositivos ya tienen modos de hacerlo, pero estos varían según su marca y modelo, por lo que no se explicarán aquí.
Tanto si al usuario le parece tedioso o le incomoda realizar estas prácticas básicas en los plazos adecuados, siempre puede llevar su dispositivo informático a un técnico especializado una vez al año para una puesta a punto de mantenimiento.
Espero que este artículo haya sido de ayuda a aquellos que lo hayan leído.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje aquí su comentario, si no puede comentar, pruebe a hacerlo desde otro navegador de red u otro equipo.