Desde su aparición, el "Windows 8" ha estado incrustado en los nuevos equipos (sean ordenadores de sobremesa, de torre, portátiles, tabletas, etc.), siendo el sistema operativo obligatorio para todo usuario que adquiriese alguno, aunque no lo quisiese.
El único modo de tener un ordenador nuevo sin ese sistema operativo sería comprarlo por piezas y que el comprador lo montase por su cuenta e instalase el sistema operativo que desease, ¡y aún así no habría garantías absolutas de poder instalar el sistema operativo deseado!, ya que existen nuevas limitaciones que incorporan los fabricantes de hardware, ensambladores de equipos y el mismo Microsoft para, finalmente, complicar la instalación de otro sistema operativo.
Sin embargo, hay un modo de poder instalar el sistema operativo deseado: